En Sitios para buscar amantes te lo vamos a repetir hasta la saciedad. Una y otra vez. Nos hemos metido en camisa de once varas al usar muchos de los sitios web que habíamos planeado. Además de una inactividad patológica, el fraude, la estafa y el timo tienen su bastión en lugares de tan poca clase como OkCupid o Meetic, las dos peores webs por las que hemos pasado. Pasado de largo se sobrentiende.
Cuenta primero con los servicios de las páginas renombradas si quieres amante
El plan de acción para evitar los sitios de dudosa reputación es sencillo. Documéntate en internet. Estudia detenidamente las opiniones de anteriores usuarios. Sitios para buscar amantes es un magnífico punto de partida. Te recomendamos que comiences por nuestro ranking, elijas alguna de las mejores páginas de encuentros para amantes del mundo y acto seguido te dirijas a su respectiva guía. Allí hallarás toda la información que necesites para tomar una decisión inicial.
La realidad puede semejar penosa pero hay que encararla con altanería. La gran parte de las páginas de citas, amor y contactos no valen un pimiento. Por suerte siempre existe algún servicio de calidad, comprometido con el cliente y que funciona. Gracias al boca a boca estos sitios web consiguen salir del pozo de ofuscación que es no estar en primera plana de los buscadores de internet y logran al cabo de un tiempo y con una sana comunidad aparecer en las primeras posiciones.
El comportamiento previsible de una mujer en estas webs
Son muchas las mujeres que llegan a estas webs pero no todas están preparadas para tener un amante ipso facto. Muchas reúnen una gran cantidad de valor simplemente para registrarse y cuando finalmente completan su perfil se sienten vulnerables y expuestas. Si te encuentras con una de estas mujeres no tendrás ningún problema. A lo sumo perderás algo de tiempo en su compañía, pero lo más lógico es que tras entablar conversación y lograr su confianza acabéis citándoos en algún lugar íntimo para celebrar un festival de sexo.
Otras mujeres son mucho más decididas. Son mujeres que se han incorporado al mundo laboral y se encuentran en la misma situación que muchos hombres. No tienen tiempo para el romanticismo. Saben lo que quieren y saben que tú puedes dárselo. No se andarán con rodeos. Irán directas al grano. Te pedirán que las consueles sexualmente. Que te las folles hasta que queden derrengadas. No debes tener miedo a aceptar. Estas mujeres son independientes y no necesitan implicarse emocionalmente con nadie para disfrutar de un buen meneo. Los compromisos no van con ellas, tal vez te planteen algún acuerdo a largo plazo para satisfaceros mutuamente, pero en ningún caso se querrán despegar de sus negocios y empresas pues eso es lo que las llena de verdad.
Finalmente llegamos a un tercer tipo de mujer que es el que nos importa de verdad en esta guía. Es una mujer tan especial que no tiene por qué tener pechos y vagina, bien puede tener una maraña de pelo basto en el tórax y dos cojones como dos cencerros. Los timadores y timadoras se hacen pasar por mujeres que no son. Sus perfiles suelen ser muy llamativos. Están diseñados para atraer a los pardillos y a los novatos. En cuanto comienzas a hablar con los propietarios de estas cuentas en seguida te coscas de que algo no va bien. El dinero entra en juego rápidamente. Puede ser un inocente «no puedo quedar contigo porque no tengo dinero», puede que se interese demasiado por los aspectos económicos de tu vida hasta convertirse en una cantinela recalcitrante o tal vez juegue a largo plazo. Siendo mujer nada impide que llegue a tu casa, se acueste contigo, te robe y se pire. Por lo general estas personas buscan el dinero contante y sonante pero no le harán ascos a cualquier otra pertenencia si en algún momento has mencionado su valor. Intenta evitarlo en la medida de lo posible. Mantener tus finanzas en privado te ayudará a no convertirte en un neurótico que ve fantasmas donde no los hay. Bellísimas mujeres a veces se sienten interesadas genuinamente por tu éxito económico. Eso las pone. Es normal que quieran saber más. Estás en tu derecho de no querer compartir esa información. Recuérdalo. Seguro que tienes mejores facetas con las que ganártela. No hay razón por la que jugársela y ponérselo fácil al timador de turno en el proceso.